Españoles por decreto
El Gobierno ha concedido 982 nacionalidades vía decreto desde el 2000. 749 de esas cartas de naturaleza se otorgaron a descendientes de sefardís. Han sido agraciados 49 deportistas, además de músicos y empresarios.
Desde el año 2000, los distintos gobiernos han concedido un total de de 982 nacionalidades españolas por Real Decreto (aquí, todos los datos en una tabla). Son las llamadas cartas de naturaleza, una vía rápida para convertir en ciudadano español a personas en las que concurran “circunstancias excepcionales”. Esta medida, del mismo modo que pasa con los indultos, se otorga de forma discrecional por el Ejecutivo. No tiene que argumentar su decisión ni cumplir unas normas establecidas para tomarla.
Los tres años en los que el BOE acogió un mayor número de Reales Decretos de nacionalidad por carta de naturaleza corresponden al gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero: 347 en 2009, 215 en 2008 y 128 en 2007.
De esas casi mil cartas de naturaleza, 749 se concedieron a sefardís, descendientes de los judíos expulsados de España en 1492. Gallardón prometió en noviembre que esa condición daría derecho automático a la nacionalidad. Mientras se concreta la orden que determinará las vías para acreditar la pertenencia a este colectivo, el Gobierno sigue utilizando esta vía excepcional para compensar lo que considera un agravio histórico.
Entre el resto de los españoles por decreto de los últimos 13 años encontramos 51 familiares de personas a las que se quiso rendir homenaje, como los fallecidos en los atentados del 11-M o que perdieron la vida en misiones del ejército español. Les siguen, por número, 49 deportistas, 24 traductores que han colaborado con Defensa, 16 actores, 13 diplomáticos, seis músicos, seis científicos y cinco nobles, entre otros.
Quienes no pueden optar por esta vía rápida deben seguir los trámites ordinarios para conseguir la nacionalidad, que dependerán del país de origen, el nivel económico y una “buena conducta cívica y suficiente grado de integración”, tal y como lo recoge el Ministerio de Justicia. Así, el tiempo de residencia continuada en España que se exige a un extranjero para optar a la nacionalidad es de diez años, un plazo que se reduce a cinco años en el caso de los refugiados y a dos para los inmigrantes nacidos en países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y ciudadanos de origen sefardí. Para nacidos en España y casados con un ciudadano español, el periodo de residencia mínimo es de un año.
A esos plazos debemos sumar el tiempo que tarda un inmigrante en obtener la residencia y, una vez cumplido el plazo exigido exigido, lo que la administración tarde en resolver su solicitud. De hecho, el pasado octubre Justicia, que sumaba entre cuatro y siete años de retraso en unas 430.000 peticiones, pidió ayuda al colegio de registradores para resolver el colapso.
En paralelo, entre los agraciados que consiguieron la nacionalidad vía Real Decreto encontramos a personajes como Ricky Martin, Benicio del Toro, los jugadores de baloncesto Mirotic (del Real Madrid) e Ibaka (Ikea, para José Blanco), expresidentes de Colombia y Costa Rica y sobrinos lejanos del rey (aquí y aquí), entre otros. Además, en 2001 el gobierno de Aznar concedió la nacionalidad por carta de naturaleza a Gustavo Alfredo Cisneros Rediles, magnate venezolano amigo de Felipe González, como él mismo admitió en una entrevista, y que compró Galerias Preciados por 1.500 millones de pesetas para vender tres años después por 30.000.
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Este post se ha escrito gracias a la minería de datos de David Cabo, el trabajo de Javier de Vega y la valiosísima ayuda de Amparo González. ¡Gracias!
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