Cultura sube la cuantía máxima que pueden recibir los productores de cine con las nuevas ayudas en una corrección de errores del BOE
Esa cifra pasa de 1,3 a 1,4 millones. Modifica las bases reguladoras publicadas hace un mes.
En la mayoría de casos, las correcciones de errores -un 0,07% sobre el total de disposiciones publicadas en 2014– contienen modificaciones de escritura que no afectan de forma directa -o, al menos, no de forma grave- al objetivo de la norma publicada. Pero, en ocasiones, esas correcciones pueden provocar cambios significativos.
Es lo que ha pasado con la corrección de errores publicada hoy en el BOE a las bases reguladoras publicadas hace más de un mes de las nuevas ayudas al cine. Todas las modificaciones incluidas introducen modificaciones de escritura con poco impacto. Todas, menos una. La que sube la cuantía máxima que pueden recibir los productores por película gracias a las subvenciones más cuantiosas, aquellas que se destinan a proyectos de largometraje. Pasan de 1,3 a 1,4 millones.
Así lo marca el artículo 17, modificado hoy. Pese a que la cuantía máxima total ha cambiado, no así el porcentaje máximo sobre el coste total de la película que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte está dispuesto a asumir, que se mantiene en un 40%.
Estas nuevas ayudas se aprobaron en mayo de 2015 en un Decreto-ley que incluía otras materias. Gracias a la reforma, desarrollada en las bases reguladoras ahora modificadas, el formato de las ayudas al cine cambió de forma radical. Las ayudas más cuantiosas, aquellas destinadas a la amortización de largometrajes estrenados, desaparecen para dar paso a subvenciones sobre proyecto. Si hasta ahora se repartían un par de años después de que la película viera la luz, la reforma persigue que las ayudas lleguen a los productores durante las distintas fases de creación (aunque no concreta el momento exacto) y, así, evitar parte del endeudamiento de los proyectos.
Hasta ahora, el reparto se realizaba basándose en varios criterios, entre los que pesaba por encima del resto la inversión realizada y el resultado en taquilla. Así, estas subvenciones han estado destinadas, en gran medida, a las grandes producciones más taquilleras. Y han convivido con las ayudas destinadas a las productoras independientes, con una dotación drásticamente inferior, que hasta ahora se denominaban “sobre proyecto” y ahora, para distinguirlas de las nuevas, se llamarán “ayudas selectivas sobre proyectos”.
Lo que la reforma legislativa no dejó claro y tampoco se desarrolló en las bases reguladores, es cuáles serán los “criterios objetivos” que se valorarán y cuál será su ponderación. Lo único que adelanta es que se tendrán en cuenta “la viabilidad económica y financiera del proyecto, la difusión, la solvencia técnica del beneficiario, la relevancia cultural española y europea, el carácter innovador del proyecto así como el impacto socioeconómico de la inversión en España”, sin especificar qué peso tendrá cada uno de esos valores ni a qué altura del proceso se realizarán las transferencias a los productores.
Las nuevas subvenciones convivirán con las antiguas hasta 2018. Así, las películas cuyo rodaje arranque antes de la fecha de la primera convocatoria, que aún no se ha publicado, seguirán optando a las ayudas post-estreno, que llegan con dos años de retraso como mínimo. Las películas estrenadas en 2013, por ejemplo, reciben ayudas de la convocatoria de 2015. La norma establece otras novedades sobre las ayudas al cine, como la obligación de demostrar hallarse al corriente de pagos a los trabajadores y empresas contratadas de la última película para acceder a una nueva convocatoria. Además, si hasta ahora el máximo subvencionable era el 50% de la inversión del productor, ahora ese tope máximo incluye no solo las ayudas, sino también los beneficios fiscales que puedan recibir.
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