Los nombres de países como Portugal, España, Grecia o Italia se repiten todos los años cuando hablamos de grandes incendios forestales. Y es que, no hay que echar la vista muy atrás para recordar catástrofes de este tipo como el acontecido en Rhodes, Grecia, este pasado julio, donde se llegaron a desalojar a 20.000 personas. O el incendio de Pedrógão Grande en 2017, en Portugal, en el que fallecieron 66 personas. Que el Mediterráneo es uno de los lugares más afectados por el cambio climático es una realidad, y que también por los incendios forestales es otra.

Aunque cada vez hay más países en Europa que sufren riesgo de incendio forestal muy alto o extremo. Para algunos de ellos, esto es un nuevo problema. Estamos viendo como en los últimos años, los incendios forestales también se producen con mayor virulencia en países del centro, este y norte del continente. 2018 fue un año especialmente malo para Suecia, por ejemplo. El riesgo meteorológico de incendio forestal muy alto llegó a cubrir, de media, un 49% del territorio y, el de riesgo extremo, un 14% del mismo. Fue récord en las últimas cinco décadas. Ese mismo año, en julio, se dió también el récord en hectáreas quemadas a lo largo del país, muchas más de las que había ardido cualquier año durante la década anterior.

Europa, en su conjunto, tiene más territorio en riesgo metereológico muy alto o extremo de incendio forestal del que tenía en 1971. Específicamente, antes había un 20% y ahora hay un 40%. Es decir, poblaciones que antes no sufrían un peligro tan alto -o ninguno-, ahora sí lo tienen. Este índice, el de riesgo meteorológico de incendio forestal, mide cómo de favorable son las condiciones climáticas para que un incendio se expanda. Tiene en cuenta la humedad, el viento, la temperatura y las precipitaciones, pero no incluye otras variables, muy importantes, como la vegetación. Para conocer cuál es el peligro real de incendio, el riesgo meteorológico es solo uno de los componentes: el riesgo “en parte depende del clima, en parte depende del combustible y de su inflamabilidad y también de la humedad que estos tengan”, explica el Director of the Copernicus Climate Change Service (C3S), Carlo Buontempo.

Si nos centramos solo en la meteorología, tanto el avance de este riesgo en Europa como en algunos países concretos hacen pensar que las condiciones son cada vez peores para controlar los posibles incendios forestales. De hecho, una investigación científica internacional señala la relación entre este aumento de riesgo y el cambio climático. Solo en la cuenca mediterránea el número de días con riesgo extremo se ha duplicado en los últimos 40 años, explica. En la misma dirección apunta el informe de la OCDE Managing wildfires in the context of climate change: “El cambio climático está acentuando el riesgo de incendios forestales extremos. La subida de las temperaturas atmosféricas, la variabilidad de las pautas de precipitación, la sequedad del entorno y cambios en los patrones de los vientos y los rayos han acrecentado el riesgo de incendios forestales”.

No se trata solo de que cada vez haya más territorio en riesgo meteorológico o que se haya incrementado con los años. También se dan estas condiciones fuera de lo que consideramos la época de verano tradicionalmente. “La duración de la temporada meteorológica de incendios, que marca el período anual en el que las condiciones meteorológicas son propicias para el fuego, también está aumentando en la mayoría de las zonas del mundo. De media, la duración de la temporada de incendios forestales aumentó un 27% en todo el mundo entre 1979 y 2019”, señala el estudio de la OCDE. En Cataluña (España) los bomberos encargados de extinguir los incendios forestales ya están observando este cambio en el patrón a la hora de actuar. “Es como una desestacionalización del riesgo, que no solamente está en verano, sino que también hay un incremento de número de servicios distribuido a lo largo del año, también en primavera”, cuenta Etel Arilla, subinspectora del Grupo de Actuaciones Forestales de los Bomberos de Cataluña (GRAF). En Polonia, los bomberos forestales Przemysław Rembielak and Bartosz Klich cuentan una historia similar: “La temporada de incendios ya se ha prolongado, desde febrero. Con la falta de nieve, arden los matorrales bajos y secos, cuando antes, en febrero o marzo, aún había nieve. Ahora, mientras hablamos, hace dos días había treinta grados de temperatura siendo octubre”.

El riesgo meteorológico de incendios se está extendiendo en Bulgaria, Bélgica, Francia, Alemania, Albania y Luxemburgo

Hay países en Europa donde el riesgo de incendio forestal muy alto es casi anecdótico. Suiza, Noruega, Irlanda o Finlandia han tenido muy poco territorio bajo este nivel de peligro desde 1971. Otros, sin embargo, han visto como cada vez más parte de su población se encontraba bajo riesgo meteorológico muy alto o extremo. Bulgaria, por ejemplo, ha llegado a tener, en 2022, más de un 70% de su territorio en riesgo muy alto o superior, cuando cincuenta años antes este porcentaje era del 23%. Algo parecido le ocurre a Bélgica, Francia, Alemania, Albania o Luxemburgo, donde el territorio afectado ha pasado de estar por debajo del 25% en 1971 a superar el 50% el pasado año.

Pero no sólo se trata de que haya incrementado la población afectada por este riesgo, también hay más días de riesgo meteorológico muy alto en algunos países europeos. En Albania, por ejemplo, el riesgo meteorológico no solo crece en extensión, sino también en intensidad. Países del centro y este de Europa como Hungría, Moldavía, Rumanía o Serbia han tenido una tendencia creciente en el número de días de riesgo muy alto en los últimos 50 años. De hecho, fuentes de la Comisión Europea hablan de la relación directa que existe entre el aumento del riesgo meteorológico en Centro Europa con el aumento en los incendios forestales que estamos viendo en los últimos años. El biólogo Ondřej Sedláček, de la Universidad Charles de Praga, explica sobre la situación en la República Checa: “Nos esperan mayores extremos. Por ejemplo, habrá sequías más prolongadas, olas de calor o vientos más fuertes. Por tanto, se prevé que las condiciones climáticas sean más proclives a los incendios forestales”.

Según el informe ‘Advance Report on Forest Fires in Europe, Middle East and North Africa 2022’ del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, Rumanía tuvo en 2022 su peor año de la última década en cuanto al número de hectáreas afectadas por los incendios forestales, 162.518 en total. Ardieron más hectáreas en relación a su superficie total que en España, por ejemplo. La mayoría de los incendios ocurrieron en marzo.

El riesgo muy extremo se concentra en el Mediterráneo

Hasta 2021, el índice de riesgo meterológico de incendio forestal estaba clasificado en cinco categorías de menor a mayor peligro: riesgo bajo, moderado, alto, muy alto y extremo. A partir de esa fecha se incluyó un nivel más: el riesgo “muy extremo”, para aquellos datos que se encontraban muy por encima de lo que, hasta ese momento, estaban clasificados solo como “extremos”.

Los datos entre 1971 y 2022 muestran que el riesgo muy extremo apareció ya hace años en zonas del Mediterráneo, pero se han ido incrementando con el cambio de siglo. España, por ejemplo, en 2022, batió su propio récord de más territorio en riesgo muy extremo (un 55% del total del país). Lo mismo ocurría en Portugal, con un 43%. O en Grecia, en 2021, con un 37% del país en ese tipo de riesgo. El último informe de World Wide Fund for Nature (WWF) apunta en la misma dirección: “La estrechísima relación entre condiciones meteorológicas extremas e incendios descomunales es más que evidente. Y los escenarios confirmados de cambio climático auguran para todo el Mediterráneo cada vez con más frecuencia situaciones de emergencia: más olas de calor intensas y duraderas, sequías prolongadas y humedades relativas muy bajas”.

Fuera de España, Portugal, Grecia o el sur de Italia el riesgo muy extremo de incendio forestal apenas se registra. Francia también ha sufrido este peligro algunos años, aunque en zonas muy concretas del país. O Ucrania, que en 2017 y 2018 llegó a tener, de media, 3 días de riesgo muy extremo en más del 30% de su territorio. Sin embargo, hay 14 países de los 36 analizados que no han sufrido un riesgo tan alto en ningún momento de las últimas cinco décadas. Entre ellos se encuentran Bélgica, Suiza, Irlanda, Países Bajos, Lituania o Suecia.

En un esfuerzo por poder prever los incendios forestales que ocurran en Europa, desde la Comisión Europea han realizado una evaluación del peligro de incendio forestal teniendo en cuenta no solo la meteorología, sino también la vegetación o el riesgo de que afecte a zonas habitadas. Así, diferentes zonas de cada país están clasificadas en un nivel de riesgo alto o bajo. Esta herramienta es especialmente importante “dado el aumento potencial del riesgo de incendios forestales en las regiones de clima mediterráneo a causa del cambio climático”, como explica el documento que lo desarrolla. En los escenarios de aumento de la temperatura, los modelos de predicción contemplan “un notable aumento de los días con peligro de incendio alto a extremo en la Península Ibérica, Turquía, junto con parte de Grecia y los Balcanes, parte del centro y sur de Italia, y de Francia”. En el peor de estos escenarios, con un aumento de tres grados, en algunas zonas como el sureste de España aumentarían en 40 los días de riesgo meteorológico alto o superior de incendio forestal, lo que podría llevar a incendios aún más devastadores.

Para este reportaje nos hemos basado en los datos históricos de los índices de peligro de incendios del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus extraídos desde la Climate Data Store API el 25 de julio. Como periodo temporal, hemos elegido analizar los últimos 50 años de este índice. En total han sido 52 años analizados porque decidimos empezar en 1971 para tener todos los años de la década de los 70. A pesar de existir datos de 2023, no los hemos analizado por ser parciales y no abarcar el año completo, como el resto de años analizados. Hemos analizado todos los países europeos excepto Rusia y ciertas islas.

Los datos en crudo, en formato NetCDF-4 (estándar para el intercambio de datos científicos), fueron incialmente explorados con el programa de la Nasa Panoply. Para su posterior limpieza y análisis completo se utilizó el lenguaje de programación R a través de RStudio junto con los paquetes tidyverse, giscoR y terra. Por otro lado, la visualización se prototipó en Observable y Plot, para ser finalmente desarrollada en Svelte utilizando Javascript, D3 y Arquero.

Qué es el Índice Meteorológico de Incendio (FWI, por su nombre en inglés, Fire Weather Index)

El FWI es un índice de estimación del riesgo de que se produzca un incendio según diferentes valores meteorológicos y no está directamente relacionado con la provocación de incendios. El FWI comienza en 0 y sus valores más altos indican condiciones meteorológicas más severas. Consta de diferentes componentes que tienen en cuenta los efectos de la humedad del combustible y el viento en el comportamiento y la propagación del fuego. Cuanto más alto es el FWI, más favorables son las condiciones meteorológicas para desencadenar un incendio forestal.

Cómo hemos analizado los datos

Los datos originales proporcionados por Copernicus tienen un tamaño de celda de 0.25ºx0.25º grados. Para la latitud correspondiente a la Península Ibérica, el tamaño de cada punto equivaldría a 27.8 x 21.4 km (aunque los situados más al sur tendrían una correspondencia de mayor superficie, y los más norteños, algo menos de superficie), que hemos aproximado en la leyenda del mapa a unos 25km por 25km.

Una vez descargados los datos, los leímos y agrupamos con terra y posteriormente los convertimos en dataframe para su análisis. Para filtrar los datos descargados según los límites espaciales de Europa y de cada país usamos giscoR.

Todas las decisiones relativas al análisis de datos han sido tomadas en base a consejos y directrices de los expertos a los que hemos entrevistado para el reportaje.

Hemos decidido centrar el análisis en las categorías de “muy alto”, “extremo” y “muy extremo”, ya que son aquellas en las que el riesgo de que se produzca un incendio es alto. Los valores para cada categoría vienen determinados por el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) de la Comisión Europea. Aunque la categoría de “muy extremo” se introdujera en 2021, en esta investigación la hemos utilizado de forma retroactiva para una mejor comparación.

Para analizar los datos de Europa manteniendo los valores extremos que se dan en todo el territorio no hemos realizado una media de todos los datos sino que hemos calculado el porcentaje del territorio, calculado como el número de celdas afectadas entre el total, para cada categoría. De esta forma no alteramos los datos originales, que por su naturaleza no están pensados para determinados análisis temporales o espaciales.

Así, en primer lugar, calculamos para cada día del año la categoría en la que se encontraba cada celda y filtramos para quedarnos únicamente con aquellas que se encontraban en las categorías que nos interesaban. Posteriormente calculamos para cada año el número de días en los que cada celda se encontró en cada categoría. Estos son los datos que se visualizan en el mapa interactivo.

Para dar una visión global de Europa y los diferentes países en cada año, hemos calculado el porcentaje que ha estado, al menos, una vez en cada categoría y la mediana de días en los que esas celdas se encontraron en cada categoría. Estos son los datos que se visualizan en el gráfico radial de porcentajes.

Una vez realizados los cálculos para Europa y para cada país se exportaban en csv. Puedes descargar los datos que hemos usado para los gráficos en Datos Civio.

Además de los datos mencionados anteriormente, para confirmar las hipótesis de este reportaje hemos realizado diferentes entrevistas con expertos y otros análisis de datos que no hemos terminado incluyendo en el reportaje por su complejidad a la hora de ser comunicados y para no sobrecargar el reportaje de datos. Entre otros, hemos calculado el aumento de valores extremos en España respecto al periodo de referencia 1991-2020, la estacionalidad de los datos y variación de los datos por década.

Visualización

Para poder realizar las visualizaciones interactivas realizamos un trabajo previo de exploración de datos con Observable y Plot, tras el cual decidimos desarrollarlas en Svelte, usando Javascript, D3 y Arquero para terminar la limpieza de los datos y adecuarlos a las necesidades de cada gráfico. Por ejemplo, con estas librerías hemos obtenido valores máximos para las escalas o filtramos los datos globales para adecuarlos a cada año y país seleccionado.

Al seleccionar una país se destacan las celdas que conforman dicha región. En el caso en el que una celda forme parte de varios países únicamente se destaca en aquella en la que el centro de la celda se encuentra dentro de sus límites geográficos.

Todos los gráficos se han realizado con SVG, a excepción de los puntos del mapa, que se han visualizado en Canvas para optimizar el rendimiento. Para ello hemos adaptado el método empleado por Der Spiegel en su visualización de ganadores del Premio Nobel, que se puede encontrar en este repositorio de GitHub.

Queremos agradecer la ayuda brindada en la realización de este reportaje por el doctor en Geografía Física Dominic Royé, investigador en la Fundación para la Investigación del Clima; Pampa G. Molina, directora de Science Media Centre España; Francesca Di Giuseppe, manager del servicio ‘Fire Danger Forecasting’ de ECMWF; y el Joint Research Centre de la Comisión Europea.

Esta investigación ha sido posible gracias a el European Data Journalism Network (EDJnet).

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