Los médicos menos transparentes reciben más dinero
Quienes recibieron, de media, mayores cantidades de cada laboratorio prefieren ocultar sus relaciones con la industria.
Este artículo forma parte de una investigación en marcha de Civio sobre la relación entre farmacéuticas, médicos, asociaciones y entidades públicas.
La mayor parte de los 181 millones que las farmacéuticas españolas destinaron en 2016 a pagar entradas a congresos, viajes y honorarios de médicos va a parar, ya sea de forma directa o indirecta, a aquellos médicos que han preferido ocultar su nombre. Además, la cuantía media que reciben es mayor que la de aquellos que han aceptado las nuevas reglas de transparencia en el sector, según la investigación realizada por Civio de los datos publicados por cada farmacéutica. Los que más reciben son menos transparentes.
Gasto medio por médico
Si los honorarios medios que pagó una empresa farmacéutica a un médico durante 2016 (por uno o más servicios) son unos 790 euros entre quienes sí publican su nombre, esta cifra sube hasta más de 1.000 en el caso de la información agregada. Como ocurrió en 2016, los laboratorios solo han publicado los nombres de aquellos profesionales sanitarios que han dado su consentimiento. Las cuantías de quienes prefieren ocultar sus relaciones con la industria se publican como una suma total.
Estas diferencias también son destacables en cuotas de inscripción a congresos: para los opacos, de media, 484 euros; 340 para los transparentes. Y, sobre todo, en viajes: los médicos que han preferido ocultar su nombre recibieron de media 600 euros por laboratorio para transporte y alojamiento; los transparentes, 440.
El origen de la publicación de los vínculos económicos entre farmacéuticas y médicos y asociaciones en los países en los que no había legislación sobre este aspecto, como España, está en 2013. Ese año, la La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA, por sus siglas en inglés), de la que Farmaindustria forma parte, aprobó un código de conducta que obliga a sus asociados a publicar, de forma anual, lo que denominaron transferencias de valor. En 2016 se publicaron los primeros datos, referentes a las operaciones de 2015. Este año se publican por segunda vez.
Para Fernando Carballo, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), la publicación de esta información, “en un país que no ha alcanzado los niveles de transparencia global, puede ser un elemento folclórico”. Además, añade, la polémica por cómo cotizan estas cantidades “ha contaminado el proceso”.
Las organizaciones médicas han logrado que, en la próxima legislación sobre IRPF, los gastos para eventos no tributen.
Si estas relaciones se hacen públicas, están accesibles para todos, incluido Hacienda. Las transferencias relacionadas con eventos (cuotas de inscripción, desplazamiento y alojamiento) se entendían hasta el momento como formación del personal sanitario y, por tanto, estaban exentas de IRPF. En abril de 2017, el Tribunal Económico de la Administración Central (TEA) argumentaba que estas cuantías tenían que ser tributadas y tratadas como pagos en especie. Un mes después, la Agencia Tributaria respaldaba la decisión.
Esta posición no ha durado mucho. Las organizaciones médicas han llegado a un acuerdo con el Ministerio de Hacienda para que la próxima legislación sobre IRPF no incluya los gastos para eventos como parte sujeta a tributación. Carballo lo defiende: “Para el profesional, malo era que tuviera que ir a un congreso en fin de semana, malo era que no se lo pague el hospital, malo que tenga que dejar que se lo pague la industria. Pero que encima tenga que pagar él…”.
Lo importante, para el presidente de las asociaciones científicas, es ir más allá de esos elementos “coyunturales” y hacer una reflexión sobre la formación de los médicos, basada en dos puntos de partida: que el profesional está obligado a mantenerse actualizado y que el Sistema Nacional de Salud no garantiza esa actualización. “Dejación de funciones del empleador”, traduce Carballo.
Las diferencias entre laboratorios
Aunque en general la preferencia por permanecer en el anonimato es mayoritaria, también es cierto que el grado de transparencia no es igual en todas las compañías. Ya sea porque han hecho un esfuerzo diferente a la hora de comunicar y convencer a los médicos de que aparecieran sus nombres o porque algunas han tenido mejor suerte que otras, el caso es que hay farmacéuticas que publican casi la totalidad de los nombres de quienes reciben sus “transferencias de valor” y que otras no han publicado ni uno solo, como es el caso de Boiron, que pagó cuotas de inscripción a congresos a 772 profesionales sanitarios pero ha decidido publicar todos los pagos en agregado, sin dar nombres, hasta que entre en vigor la obligación de publicar las transferencias de valor de forma individualizada, según informa la propia empresa. Metodología
Nivel de opacidad por farmaceútica
La mayoría de las compañías está por encima del 80% de opacidad. Es decir, solo publican los nombres de entre el 10 y el 20% de los médicos con los que tienen relaciones económicas en cada uno de los cuatro apartados. Pfizer, por ejemplo, publica menos del 10% en las cuatro categorías.
Glaxo Smithkline ha publicado el 97% de los nombres de los médicos a los que paga honorarios; Pfizer, por contra, publica menos del 10%.
Pasando por laboratorios más equilibrados, como Novartis, que ha publicado algo más de la mitad de los nombres, llegamos al pequeño grupo de empresas con unos porcentajes de publicación individual muy elevados. Es el caso de Glaxo Smithkline, que solo oculta el 3% de los nombres de los médicos a los que paga honorarios.
Otra de las grandes firmas, Janssen, por su parte, ha conseguido publicar más del 80% de las transferencias de forma individualizada.
Sin reglas públicas
El código que regula esta publicación es un ejercicio de autorregulación de la industria y no una norma emanada desde las administraciones públicas. Es un modelo “impuesto unilateralmente”, según Carballo, “parcial y de parte”. José Zamarriego es director de la Unidad de Supervisión de Conducta de Farmaindustria. Coincide con el presidente de las asociaciones cientificas en la falta de cultura de la transparencia en España pero afirma que, si se aprueba un reglamento que lo regule, tiene que ir más allá de lo que ellos han creado y no dar pasos atrás.
El artículo 76 de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, aprobada en 2006, ya establecía por entonces que “las ofertas de premios, becas, contribuciones y subvenciones a reuniones, congresos, viajes de estudio y actos similares por cualquier persona, física o jurídica, relacionada con la fabricación, elaboración, distribución, prescripción y dispensación de medicamentos y productos sanitarios se harán públicas en la forma que se determine reglamentariamente”. Aunque solo se refería a una parte de las cuatro categorías (entradas a congresos y viajes, pero no honorarios), la norma que debía establecer cómo se tenía que publicar esta información nunca se desarrolló.
Sigue leyendo: Ocho de cada diez euros que las farmacéuticas gastan en médicos son opacos
Metodología
De los listados publicados por los laboratorios, además del importe agregado de transferencias de valor cuyos beneficiarios no han querido ser identificados (dato extraído para el primer artículo de esta serie; su metodología, aquí, hemos extraído el número de estos profesionales sanitarios opacos y el porcentaje que representan sobre el total en cada farmacéutica y por cada categoría.
Para obtener los pagos medios del artículo, hemos calculado el total de número de pagos a profesionales sanitarios, el total de los importes publicados de forma agregada (los ocultos) y el total de los importes publicados de forma individualizada (obtenidos al restar a las cifras dadas por Farmaindustria la suma de los importes ocultos).
No damos datos del número de médicos transparentes u opacos del total porque si sumáramos los datos de los laboratorios contaríamos varias veces a aquellos que reciban transferencias de varios de ellos.
No ha habido cruce de datos personales. Hemos usado solo la información agregada. Los datos se han obtenido uno a uno de los listados publicados por las farmacéuticas: desde archivos XLS (los que menos) o documentos PDF e imágenes pixeladas, solo a la altura de los mejores criptógrafos, (los que más). Rizando el rizo de la publicación, Pfizer te obliga a superar una gymkhana informativa y de términos y condiciones legales para poder acceder al listado de transferencias de valor.
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