En 2012 arrancamos España en llamas, un proyecto de Civio y Juan Elosua, en el que, además de visualizar datos inéditos de los incendios forestales en nuestro país, pudimos analizar información muy valiosa sobre las causas de los incendios o los tiempos de respuesta de los equipos de extinción y los medios a su disposición, entre otros temas. La fuente de estos datos son los partes de incendios forestales, que recogen las comunidades autónomas y remiten al Gobierno central para su consolidación. Cada año, para actualizar la base de datos, Civio solicitaba estos datos, que normalmente se referían a los de dos ejercicios anteriores: en 2017 obtuvimos los datos de 2015. Fueron los últimos completos.

Cuando, un año después, pedimos los de 2016, comenzaron las largas. Que si hay retraso con las CCAA, que se prorrogan los plazos por incidencias técnicas, que esperemos al próximo trimestre… Y así llevamos desde entonces. A mediados de 2020 recibimos una primera respuesta con algunos datos. No todos, ya que faltaban territorios por consolidar. Un año después este dataset continúa incompleto.

El Ministerio para la Transición Ecológica explica que se debe a que sigue depurando los datos de territorios rezagados. Por su parte, Castilla y León, uno de ellos, junto a Ceuta y Melilla, explica que un cambio de la aplicación del ministerio a través de la que intercambian información tiene la culpa de los retrasos y que se encuentran en fase de envío y validación de los datos. La Junta nos envía, junto a esta respuesta, sus estadísticas de incendios forestales provisionales, que no podemos consolidar con el conjunto nacional. A día de hoy deberíamos, al menos, disponer ya de los datos definitivos, como mínimo, hasta diciembre de 2019, mientras que aún seguimos con datos incompletos de 2016. Y mientras que no entregan la información aquí, sí lo hacen en Europa: el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que ostentaba las competencias en materia forestal antes de que lo hiciera Transición Ecológica, afirmó en su memoria de 2019 que, en ese ejercicio, entregaron al Joint Research Centre de la Comisión Europea los datos definitivos de 2018, que conforman la European Fire Database. Cabe preguntarse qué datos se envió y por qué no se hacen aquí públicos.

No se trata de que Civio no pueda actualizar una aplicación. Unos datos fiables, pero sobre todo actualizados, son cruciales para la toma de decisiones. Por ejemplo, con los datos disponibles de España en llamas vimos que más de 200 municipios ardieron todos y cada uno de los años entre 2001 y 2015, para analizar sus causas. A raíz de aquella información, la Fiscalía de Medio Ambiente inició comprobaciones de oficio para averiguar si algunas de aquellas localidades contaban con planes de prevención de incendios y los cumplían.

2017 fue uno de los peores años en cuanto a hectáreas calcinadas, según datos de la European Fire Database (que se nutre de información de los estados miembros). Y 2021 también ha sido un año aciago respecto a los incendios forestales, según los datos provisionales. Esperemos que no sea necesario aguantar hasta 2030 para conocer los detalles de estos incendios.