Son las 10 de la mañana del domingo, 21 de junio. Es el primer día de la nueva normalidad y, por tanto, el primer día que está permitido salir de la Comunidad de Madrid después de 98 días de cuarentena. Atocha, la principal estación de trenes de la capital, sigue casi desierta. Quizás porque es domingo a primera hora, quizás porque no mucha gente ha comprado billetes para el primer tren del día. O porque mucha gente pensaba que la nueva normalidad arrancaba el lunes 22, aunque no era así. Por delante, cuatro horas y 50 minutos para llegar a Mérida -si todo va bien, que no siempre pasa-.

Dentro del tren, todos los asientos pueden ser ocupados, aunque la mascarilla sigue siendo obligatoria durante todo el viaje. Más allá de esta rareza a la que cada vez estamos más acostumbrados, todo parece igual que antes del coronavirus: la gente ve series, juega en el móvil y se pone chaqueta para intentar no terminar congelada por el aire acondicionado.

Sin embargo, los datos vuelven a recordarnos que no es un domingo cualquiera. Incluso en el primer día de la nueva normalidad, los niveles de congestión de tráfico en Madrid se mantienen por debajo del histórico durante todo el día, pasea menos gente de lo que lo hizo el 21 de junio de 2019 y apenas 119 vuelos despegan de Barajas. Lo mismo ocurrió en ciudades como Murcia, Sevilla o Palma, donde la congestión del tráfico no llegó ni a la mitad que el año anterior.

Pero en Bilbao, ese mismo día 21, se animaron más a pasear de lo que lo hicieron el año pasado en la misma fecha. Eso sí, si vamos atrás y nos fijamos en los niveles de ocupación peatonal de la ciudad durante la mayor parte del estado de alarma, vemos que se mantuvieron por encima del 70%. Lo mismo ocurrió en esas fechas en Aragón, Andalucía o las Islas Baleares. Esta última comunidad autónoma no bajó del 75% de movilidad a pie y el día que menos gente salió a pasear fue el lunes 8 de junio, el que más llovió de todo el mes en las islas. En las Canarias los niveles de ocupación de las calles durante buena parte de la cuarentena fueron más bajos, de un 60%.

Si analizamos el tráfico de junio, el impacto es desigual. Durante ese mes, con estado de alarma y nueva normalidad, la congestión del tráfico en Madrid ha sido del 35% en relación al mismo mes de 2019, por entonces sin virus ni cuarentena. En Barcelona ha sido del 55%. Mientras, en Bilbao, el nivel se ha mantenido alrededor del 80%, e incluso ha llegado a superar levemente los niveles de 2019 en algunas ocasiones. Lo mismo sucede en Zaragoza, con el volumen de tráfico rondando el 90% respecto al año anterior.

Seguimos volando poco

Los aviones siguen sin despegar, incluso en Bilbao, donde el aeropuerto está en mínimos. En Madrid y Barcelona solo han despegado o aterrizado algo más de 1 de cada 10 aviones desde que se levantara el estado de alarma. Y aeropuertos que serían epicentro del turismo en estas fechas han visto muy reducida su actividad. Palma de Mallorca, por ejemplo, ha pasado de tener casi 1.000 vuelos en 28 de junio de 2019, a tener 175 ese mismo día del 2020.

En las Islas Canarias, el aeropuerto de Tenerife Sur sigue el mismo patrón: solo tienen unos 15 vuelos al día. En 2019, por esta fecha, una media de 150 aviones aterrizaban o despegaban en el sur de la isla. Aunque volvemos a tener una excepción, el aeropuerto de Las Palmas. Durante el principio de la cuarentena tuvo un nivel de actividad parecido al de Tenerife Sur, pero ya la primera semana de junio comenzó a despuntar. Su máxima actividad llegó el 23 de junio con 111 vuelos, todo un hito. No obstante, seguimos estando muy lejos de los 300 aviones que se movían a diario por este aeropuerto en junio de 2019. La nueva movilidad no termina de despegar.

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