La DANA de Valencia frente a las grandes inundaciones europeas de los últimos años
Los daños personales y materiales la colocan como una de las más destructivas, aun sin ser la más extensa registrada en la Unión Europea en los dos últimos años
Más de la mitad de los europeos afectados por inundaciones en los últimos dos años se encuentran en la Comunidad Valenciana. Las provocadas por la DANA de Valencia han sido, además, de las más devastadoras de Europa en términos de víctimas mortales. Pero, ¿en qué se diferencia de otras ocurridas en los países vecinos? ¿Qué precedentes existen en la región?
Los datos del observatorio europeo Copernicus recogen hasta 32 inundaciones en 17 países de la Unión Europea entre 2023 y 2024. Sin embargo, la del pasado 29 de octubre es, en términos de superficie afectada y daños humanos y materiales, solo comparable a las inundaciones ocurridas en las regiones de Tesalia (Grecia) y Baja Sajonia (Alemania) en septiembre y diciembre de 2023, respectivamente.
Se estima que las riadas de Valencia y Castilla-La Mancha afectaron a 190.090 personas, lo que representa el 59,3% de la población europea impactada por estos fenómenos en los últimos dos años. Entre las personas afectadas hubo 235 fallecidos, según datos del Gobierno.
Menos destructiva fue la inundación de la región griega de Tesalia, provocada por las intensas lluvias de la tormenta Daniel el 5 de septiembre de 2023. Esta afectó a un cuarto de población comparada con la inundación española: 44.000 residentes. También causó 17 víctimas mortales. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado que el número real de muertes totales asociadas podría ser hasta 20 veces mayor. En los tres meses tras las inundaciones se registró un exceso de mortalidad de 335 personas por diferentes causas que los investigadores asocian al temporal.
Por su parte, en los estados alemanes de Baja Sajonia y Sajonia-Anhalt, las inundaciones del 24 de diciembre de 2023, resultado del desbordamiento de varios ríos, dejaron 37.400 damnificados, aunque no hubo pérdidas humanas.
Las inundaciones son los desastres naturales que ocurren con más frecuencia. De hecho, esta se ha duplicado desde 2004 por la aceleración del ciclo hidrológico debida al cambio climático causado por la actividad humana. Los datos recogidos de prensa y otras fuentes, como Copernicus y las bases de datos EM-DAT, Hanze y GDACS, indican que al menos 681.076 personas se han visto afectadas por estos eventos en 24 países europeos entre 2014 y 2024, y 1.579 han fallecido. No obstante, estas cifras son una estimación, ya que no se dispone de datos de todas las inundaciones y no todas las fuentes contabilizan igual el número de afectados.
“Podemos clasificar las inundaciones en tres tipos: las causadas por fenómenos meteorológicos relacionados con el mar, las originadas por los ríos, y las provocadas por factores urbanos”, explica Miriam García García, doctora arquitecta, paisajista y urbanista, y directora de LAND LAB. En Valencia fue la irrupción de una DANA -depresión aislada en niveles altos- sobre las sierras litorales lo que desencadenó un episodio de lluvias torrenciales, que llegaron a zonas urbanas en forma de riadas.
Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés) las lluvias intensas están detrás casi la mitad de los desastres naturales de este tipo. Es el caso de la provocada por la tormenta Daniel que afectó a miles de hectáreas en el país griego. En otras ocasiones son las lluvias persistentes las “que dan lugar a crecidas de ríos que inundan zonas muy amplias”, como ocurrió en Alemania, asegura José Ángel Núñez, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
La superficie afectada
Entre 2023 y 2024 se han inundado 427.336 hectáreas de territorio de la UE -una superficie 1,5 veces mayor que Luxemburgo-, según los datos por satélite del Servicio de Emergencia Rápida Copernicus. Y aunque el evento de finales de octubre en suelo español tuvo un impacto personal y material amplísimo, no fue la inundación más extensa que se ha registrado en la UE en esos años. De hecho, la de Valencia es la tercera en el ránking.
Lo sucedido en Grecia en septiembre de 2023 duplica en hectáreas inundadas al desastre natural en suelo español: 122.375 en la región rural de Tesalia, casi el doble de las 53.288 que suman Valencia y Castilla-La Mancha. En segundo lugar se encuentra la de finales de 2023 de Alemania, con 81.611 hectáreas.
En la mayoría, gran parte del entorno afectado no está construido y se trata de áreas rurales, dominadas por la agricultura y los paisajes naturales. De toda la superficie inundada en la UE en los últimos dos años, tres cuartas partes, es decir, 327.666 hectáreas, eran tierras agrícolas como campos de cultivo o pastos. Esta importante pérdida de tierras pone de manifiesto el grave impacto que tienen las inundaciones en las áreas rurales, donde la agricultura es la principal fuente de ingresos.
En Grecia se vieron afectadas más de 113.000 hectáreas dedicadas a la agricultura, un 90% del total. En Alemania, un 68% de la superficie. La dana de octubre de 2024 inundó 47.466 hectáreas de terreno agrícola en la Comunidad Valenciana, de las cuales 25.438 eran de cultivos permanentes, como los cítricos, que experimentaron graves daños.
En septiembre de 2024 se produjeron varias inundaciones significativas en parques naturales y ecosistemas protegidos. En Croacia se inundaron más de 4.000 hectáreas cerca del río Danubio, en una reserva natural. Otras dos grandes crecidas en Alemania y en la frontera entre Polonia y la República Checa dejaron, cada una, más de 3.000 hectáreas de este tipo afectadas.
El impacto en las comunicaciones
Además, estos fenómenos han causado, en toda la UE, graves daños en 4.256 kilómetros de infraestructura de transporte y en 1.224 kilómetros de redes de suministros y comunicaciones en solo dos años. Y aquí, la DANA del pasado octubre vuelve a colocarse como la peor en destrucción de tuberías e infraestructuras de comunicaciones, haciendo que miles de casas se quedaran sin electricidad ni agua durante días. Solo en la Comunidad Valenciana afectó a más de 1.500 kilómetros de calles y carreteras. También se interrumpieron 99 kilómetros de líneas ferroviarias, incluyendo metro, junto con otras infraestructuras clave, dificultando la movilidad en la provincia.
Con una afectación parecida, la inundación de Grecia dejó más de 1.500 kilómetros de carreteras y casi 150 kilómetros de vías de tren dañadas. Junto a la de Valencia, estas son las inundaciones que más han afectado a las conexiones por carretera y tren en la Unión Europea. El resto de las que tuvieron lugar esos años no supera los 200 kilómetros de carretera o 32 kilómetros de vías.
La prevención en suelo europeo
Es muy probable que otra gran inundación similar a las de Valencia, Tesalia o Baja Sajonia azote suelo europeo en los próximos años. Según el informe de la EEA, “para finales de siglo, el número de personas expuestas a inundaciones fluviales anuales en Europa será de 252.000 en un escenario de calentamiento global de 1,5 ºC y hasta de 484.000 -más del triple de las cifras actuales- en un escenario de 3 °C. Por cada grado centígrado que se añade a la temperatura media mundial, la intensidad de las precipitaciones aumenta alrededor de un 7%.
En las regiones mediterráneas, la presencia de un mar cálido y la complejidad de su orografía y configuración atmosférica aumentan la vulnerabilidad a precipitaciones torrenciales. Asimismo, los cambios en el clima provocados por las actividades humanas incrementan la probabilidad e intensidad de estos fenómenos.
La peligrosidad de estas inundaciones aumenta cuando, como ocurrió en Valencia, “llueve en las montañas y se producen riadas y avenidas relámpago en zonas donde no llueve. En pocos minutos pasa de haber cauces casi secos a violentas avenidas, riadas y barrancadas, que sorprenden a la población de la costa, que no se lo espera al no estar lloviendo en ese momento en su localidad”, explica Núñez.
Según García, las actuaciones destinadas a combatir estos eventos pueden ir enfocadas a evitar que ocurran o a reducir la vulnerabilidad. Asimismo, “pueden estar basadas en la naturaleza, con la creación de parques inundables o la apertura de brazos de río para inundar campos; o en las infraestructuras: ampliar la capacidad de los barrancos o construir un doble dique para contener el agua en caso de desbordamiento, entre otras”, explica. Ejemplos destacados en España son el programa de superillas en Barcelona o el parque del Agua Luis Buñuel en Zaragoza, creado para la Expo de 2008. Aun así, García lamenta que apenas haya ejemplos de soluciones similares en zonas urbanas costeras.
Un programa que García considera replicable a la zona afectada en Valencia es Room for the River. Desarrollado en los Países Bajos entre 2007 y 2019, tenía como objetivo proporcionar más espacio a los ríos para que pudieran inundarse de forma controlada y segura, reduciendo así el riesgo de daños a las áreas urbanas próximas.
El 59% del territorio del país centroeuropeo está en riesgo: el 26% se encuentra por debajo del nivel del mar, el 29% podría inundarse si los ríos se desbordan en masa y el 4% está fuera de los diques, según la Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos. Con el fin de reforzar y asegurar el mantenimiento de sus diques, el Gobierno holandés ha destinado 15.200 millones de euros al Plan Delta desde 2016 y hasta 2028, creado a raíz de las devastadoras inundaciones de 1953, que dejaron más de 1.800 víctimas mortales.
“Debemos integrar los grandes eventos climáticos en las políticas gubernamentales. En base a la experiencia de Valencia, se pueden implementar acciones concretas que ayuden a reducir la pérdida de vidas e infraestructuras”, asegura Anhubav Goyal, urbanista especializado en adaptación a las inundaciones.
García está convencida de que, “en los lugares donde el nivel de riesgo de inundación sea muy alto, y sea imposible protegerse, habrá que generar sistemas de alerta temprana y enseñar a la población a convivir con ese riesgo para que puedan evacuar a tiempo. Aun así, en estos casos, las pérdidas materiales, como la destrucción de viviendas y negocios, pueden ser inevitables”.
Metodología
Este artículo ha sido realizado junto a El Confidencial en el marco de EDJnet. Los datos sobre inundaciones provienen de Copernicus, EM-DAT, Hanze y GDACS. El análisis de datos lo ha llevado a cabo la organización griega MIIR. Más información sobre el proceso de análisis aquí (en inglés).
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