Lo que queríamos decir al recoger el premio Rey de España y no nos han dejado
Aunque estaba previsto poder dar un discurso de un minuto y medio al recoger el galardón a mejor medio iberoamericano, finalmente la Casa Real no ha permitido que los premiados hablemos. Aquí compartimos lo que íbamos a contar.
Muchísimas gracias al jurado por este premio. Nos hace mucha ilusión, pero de verdad, porque además nos ayuda a algo que es importantísimo para Civio ahora mismo: llegar a más gente. Y eso, para un equipo pequeño e independiente de diez personas fuera de los grandes medios tradicionales, es clave para que lo que hacemos tenga sentido.
Y gracias a la Agencia Efe. Permítannos un pequeño inciso para aplaudir y agradecer el trabajo constante, arduo, sin focos y sin egos, de los periodistas de agencia, demasiado a menudo poco valorados.
Así vemos el periodismo en Civio. Sin egos, sin escribir la p en mayúscula, sino como un bien de servicio público. Un periodismo que solo puede ser útil a la ciudadanía si es en ella donde pone el foco y si es verdaderamente independiente y exigente con el poder, llegando a los tribunales si hace falta para defender lo de todos.
Durante los diez años ya de vida de Civio ha habido, y hay, una obsesión que nos mueve: la transparencia y la rendición de cuentas. Todos los poderes públicos deben rendir cuentas ante la ciudadanía porque, y esto es muy importante aunque a veces se les olvide a muchos, trabajan para nosotras y nosotros.
Y esa rendición de cuentas no puede ser cosmética, como lo son las recientes reformas en el reglamento de la Casa Real. Todos los organismos públicos deberían tener el mismo nivel de exigencia, sin oasis de opacidad. Y esos niveles de transparencia y rendición de cuentas deben ser mucho más exigentes.
Empezando por regular el lobby: no podemos permitir reuniones en la sombra, negociaciones con los poderes privados en los que no sabemos de qué se habla, cuando lo que se decide ahí nos afecta. No podemos permitir que altos poderes del estado ejerzan de comisionistas o que sus cuentas no cumplan con las normas fiscales que sí asumimos cada uno de nosotros y nosotras cuando pagamos nuestros impuestos. No podemos permitir que algunas personas utilicen lo de todas y todos en beneficio propio como si fuera su cortijo personal. Y, sobre todo, no podemos permitir enterarnos de todas estas cosas muchos años después, demasiado tarde.
Y, llegados a este punto, no nos valen pequeños cambios estéticos y que se repita la palabra transparencia como un mantra, en las ruedas de prensa y los comunicados oficiales, para que luego no la apliquen. No nos valen pequeños pasitos de cara a la galería, necesitamos avances valientes.
Queríamos acabar dando las gracias a patronos y colaboradores y sobre todo a la esencia de Civio: sus socios y socias. Gracias a esas personas podemos investigar lo que queramos y hablar de lo que consideremos relevante, sin miedo a nada ni a nadie.