En los actos de celebración del centenario de la escuela marianista más importante de Madrid, con Rouco Varela a su diestra, Esperanza Aguirre recordó que los alumnos del Colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid han jugado “un papel relevante para España”. Y tenía razón. El tándem Villalonga-Aznar, ambos de la promoción de 1970, es uno de los más conocidos por su simbolismo: compartieron pupitre y, con los años, dos de los puestos de poder más importantes, la presidencia de Telefónica y la del país. Pero hay más. Muchos más. Un buen número de esos escolares de pantalón corto y calcetines estirados que pasaron por el patio de la calle Castelló han acabado sentándose en los sillones más importantes de la política y la economía española.

Sólo un año antes que Aznar, en 1969, acababa curso Pío García Escudero, ahora presidente del Senado. También de las filas populares y también en el Senado encontramos a Luis Peral, consejero de Trabajo en el último gobierno de Gallardón en la Comunidad de Madrid y de Educación en el primero de Esperanza Aguirre. Ahora, además de senador, es patrono de la Fundación Valores y Sociedad, presidida por Mayor Oreja. Aunque compartió promoción con Luis Alberto de Cuenca (director de la Biblioteca Nacional y Secretario de Estado de Cultura durante el Gobierno de Aznar), su aliado en la pista de atletismo era otro: Alfredo Pérez Rubalcaba.

El líder del PSOE, último relevista del equipo de Peral, llegó a la meta en tercera posición. Tenían 16 años y, desde entonces, una medalla de bronce de la que alardear, incluso, en artículos publicados en El País y recogidos por la revista de la Asociación de Antiguos Alumnos del colegio, Siempre pilaristas. Pero la sombra de Rubalcaba en los años de escuela (y de facultad) fue Jaime Lissavetzky, quien siempre que puede alaba las virtudes de líder del socialista ya como delegado de clase. Presidente del Consejo Superior de Deportes durante siete años, el actual portavoz de los socialistas madrileños y candidato fallido a las municipales de 2011 es miembro de la generación del 68, como Rubalcaba, el poeta Luis Antonio de Villena y Mikel Buesa, que pasó de UPyD a Vox, el partido de nuevo cuño que tiene como vicepresidente a Ignacio Camuñas, que llegó a ser ministro de UCD y, claro, también fue al Pilar.

MAFO, los Solana y los generosos patrocinadores

En 2012, en un encuentro de la promoción de 1962, el entonces aún gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, comentaba entre antiguos compañeros cómo le hubiera gustado tener de subgobernadora a Jennifer López, “por aquello de los activos”[sic]. Lo cuenta el cronista de la jornada en la revista pilarista, que también destaca la presencia en el acto de reencuentro de Javier Elorza, embajador en Italia.

Completan la lista de políticos pilaristas los hermanos Luis (promoción del 53) y Javier Solana (59). Mientras el segundo pasaba de un ministerio a otro del gobierno de Felipe González, el primero iba de la presidencia de Telefónica a la dirección general de RTVE. Luis Solana, que ahora es presidente de Wayra, la iniciativa de Telefónica sobre startups, fue compañero de promoción de Fernando Sánchez Dragó.

Pero volvamos a la celebración del centenario de la escuela: alguien tuvo que pagarla. Como pasa con las grandes instituciones culturales de este país, las aportaciones económicas de los pilaristas con posibles les conceden un sillón especial entre los antiguos alumnos: la categoría de socio de honor. En esta ocasión, el reconocimiento se lo ganaron Juan Miguel Villar-Mir (presidente del gigante OHL y marqués por orden del rey, entre otras muchas cosas), José Lladó, Jaime Lamo de Espinosa y Juan Abello. Éste último es el único de estos cuatro importantes empresarios que no ha sido, además, ministro de UCD en el arranque de la etapa democrática tras el franquismo.

Abelló, una de las mayores fortunas de España desde que heredó la empresa farmacéutica de su padre, se colocó entre la lista de los más ricos de la revista Forbes gracias a una estrategia continuada de compra y venta de grandes compañías, previo paso por la vicepresidencia de Banesto al lado de su entonces socio Mario Conde. Por su parte, Lladó, que antes de llegar a ministro acumuló cargos durante la dictadura, es el presidente fundador de Técnicas Reunidas (constructora de grandes infraestructuras para la industria del gas y el petróleo) y de la Fundación INCIPE, un think tank sobre la política exterior española donde el vicepresidente es otro pilarista, Luis Solana.

El poder judicial también está representado entre los antiguos alumnos. Abogados de estado, fiscales, jueces… Entre ellos destaca Carlos Granados, ex Fiscal General del Estado y ahora presidente de la Junta Electoral Central. Una década antes había pasado por ese mismo patio Ignacio Gómez-Acebo, fallecido en 2011, socio fundador del despacho de abogados con su nombre y primer presidente del PP de Madrid. Ignacio es, además, hermano del cuñado del rey y fallecido en 1991, Luis Gómez-Acebo. Luis, claro, también fue al Pilar.

Bola extra

Ni José Ignacio Wert, ni Luis de Guindos ni Leopoldo González-Echenique fueron al Colegio Nuestra Señora del Pilar, aunque así se haya afirmado y publicado en algunas ocasiones. Los tres fueron alumnos, en realidad, del colegio Santa María del Pilar, que no es lo mismo. Dado el éxito del primer centro, el más popular entre nuestros dirigentes y protagonista de este artículo, los religiosos marianistas abrieron otra escuela en Madrid en los años 80, Santa María del Pilar, donde estudiaron el ministro de Cultura, el de Economía y el presidente de RTVE.

Este es el primer capítulo de una serie sobre los ilustres alumnos del Colegio de Nuestra Señora del Pilar y sus relaciones, que no son pocas. En breve, más.

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