Desde 2012, el número de indultos concedidos no dejaba de bajar, pero la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez al poder le dio la vuelta a esa tendencia. Y volvieron a crecer. De los 17 en 2018, último año de Mariano Rajoy, pasamos a los 40 en 2019, a los 30 en 2020 y, en 2021, la cifra ya se eleva a 50. No volvemos, por el momento, eso sí, a los números de tres cifras, o incluso cuatro, habituales en las décadas anteriores.

Así, el medio centenar de indultos concedidos el año pasado se suman a la base de datos de El Indultómetro, que recoge datos desde 1996: 26 años en los que esta medida de gracia se ejerció 10.702 veces.

Robos, drogas… y sedición

Los delitos más indultados el año pasado son económicos, 19 de ellos robos y hurtos. También destacan los 10 que perdonaron a condenados por delitos contra la salud pública, que suelen tener que ver con menudeo de droga.

Estos dos tipos de delitos, que son los más habituales en 2021, también lo son en los últimos 26 años. Pero, eso sí, solo si hablamos en términos absolutos, en números totales. Y cada año se firman muchísimas condenas sobre ese tipo de delitos. Si nos fijamos en el porcentaje de perdonados sobre todos los condenados, la cosa cambia: los que siguen teniendo más papeletas son delitos cometidos por funcionarios contra la libertad individual, contra los recursos naturales y el medio ambiente, prevaricación, insolvencia punible y malversación.

De hecho, la malversación ha vuelto a estar entre las penas indultadas en 2021, a través de cuatro de los presos del procés, que fueron condenados por ese delito. Con estos, se eleva a 231 la cifra de indultos a sentenciados por delitos de corrupción -según la definición del Consejo General del Poder Judicial (CJPG)- desde 1996.

Y, también por esta vía, aparece por primera vez en nuestra base de datos el delito de sedición, en nueve ocasiones, para estos nueve presos.

Y es que los delitos indultados a lo largo del tiempo evolucionan con los años. Hasta 2013, por ejemplo, eran bastante habituales los perdones a condenados por delitos contra la seguridad vial. Desde entonces, ni uno. Justo después de que el indulto al llamado kamikaze de Valencia, que iba en dirección contraria y acabó con la vida de otro conductor, levantara una gran polvareda.

Tampoco son ya habituales las medidas de gracia para sentenciados por homicidio: el último, en 2018. Pero, en total, desde 1996, se han perdonado 149 veces. Y no se ven tampoco indultos recientes que rebajen penas en el caso de delitos sexuales, aunque hubo uno en 2011 a un condenado por abusos sexuales.

Llop, menos prolífica

De esos 50 indultos de 2021, solo cuatro son del Ministerio de Defensa. El resto, los 46 del de Justicia, se reparten entre los 41 de Juan Carlos Campo y los cinco de Pilar Llop que, aunque estuvo casi el mismo tiempo del año en el cargo que su antecesor (llegó en julio) fue mucho menos prolífica que él en esto de firmar indultos.

Su rúbrica aparece, eso sí, en uno de los más relevantes del año, el perdón a Juana Rivas, que llegó unos siete meses después de la condena, algo más rápido de lo habitual, ya que la mediana está en algo más de dos años y medio. Eso sí, este perdón no se cuela en la lista de los más rápidos de estos 26 años, que sigue liderada por condenados por los GAL.

Perdones también a delitos cometidos en otros países

En 2021, una española condenada en Venecia por tráfico de estupefacientes fue indultada. Es el patrón más habitual entre los perdones a condenados en el extranjero: 19 de los 20 firmados en los últimos 26 años fueron para sentenciados por delitos relacionados con las drogas. Solo uno perdona otro delito: un hombre condenado en Cuba por homicidio que fue indultado en 2002.

Y aquí llega otro patrón: de esos 20 perdones, ocho fueron para condenados en Cuba. Les siguen seis que modifican sentencias de tribunales de Reino Unidos, dos de Venezuela, dos de Marruecos, uno de Francia y uno de Italia, el de 2021.

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